sábado, 20 de abril de 2013



Origen de la Quinua
La quinua es una planta andina originaria del altiplano boliviano y peruano. Muestra la mayor diversidad de genotipos y progenitores silvestres en los alrededores del lago Titicaca. Se calcula que su domesticación se inició más de 7.000 años antes de Cristo.
Durante las civilizaciones tiahuanacota e incaica, este cultivo tenía gran importancia en la alimentación y en el intercambio con alimentos producidos fuera de la zona altiplánica [3]. Además, era representada en la cerámica con varias panojas distribuidas a lo largo del tallo.
En la época de la colonia la quinua fue relegada a un segundo plano, se la consideraba un cultivo y alimento de las clases pobres e indígenas, situación que continuó en el periodo de la república. Sin embargo, con el redescubrimiento de sus propiedades nutritivas sobresalientes ha recobrado su importancia, convirtiéndose en un producto de exportación.
Por tal razón, en la actualidad, el cultivo tiene distribución mundial y se lo puede encontrar en América, desde Norteamérica y Canadá, hasta Chile; en Europa, Asia y África. En Bolivia, está distribuida tanto en el altiplano (norte, central y sur), valles interandinos y en los salares existentes al sur, con características propias y peculiares de cultivo, uso y transformación.
A nivel nacional la producción de quinua es la principal fuente alimenticia y de ingresos económicos de gran parte de las comunidades campesinas del Altiplano boliviano. En algunas zonas es cultivada con un gran potencial agro ecológico y tecnológico, principalmente en manos de pequeños agricultores con una cultura agrícola milenaria. Los sistemas de producción tradicional se han adaptado durante miles de años a las condiciones específicas de los ecosistemas que actualmente son valorados por la utilización racional, eficiente y diversificada en armonía con el ecosistema y adaptados para soportar las inclemencias climáticas y factores adversos de suelo. El cultivo tradicional de quinua es compatible con la producción orgánica [3],  puesto que se mantienen sistemas tradicionales de producción.
En Bolivia, las zonas de producción se encuentran en el altiplano sur, central y norte y la zona de los valles, donde unos 75.000 pequeños productores se dedican al cultivo de la quinua.
El Altiplano norte es la zona circunlacustre donde las condiciones de clima y suelo son relativamente favorables. En ésta se cultiva una diversidad de especies y la quinua entra en rotación después de la papa y otros tubérculos o leguminosas. Las variedades nativas que predominan son las dulces aunque también se tiene variedades de grano amargo.
El Altiplano central presenta una precipitación anual de alrededor de 400 mm con suelos relativamente fértiles, donde la quinua rota después de la papa. Las variedades que se cultivan en estas zonas son las de grano amargo y dulce. Todas las nativas del altiplano central son de grano mediano a pequeño.  
El Altiplano sur es la zona más seca y fría, en relación a otras, la precipitación pluvial oscila entre 60 y 200 mm por año. Allí la producción de quinua es la única que genera ingresos y proporciona seguridad alimentaria a la población de escasos recursos. No hay otros cultivos que puedan participar en la rotación, por lo cual, el sistema de producción es de monocultivo (cultivo de una sola especie en una superficie de terreno), por tal razón esta zona se constituye en la principal productora de quinua del país.
La introducción de tractores y el arado de disco en la década de los años 70 y la amplia difusión de la quinua en la década de los 80, junto a los atractivos precios a nivel internacional, promovieron la actual explotación en grandes superficies de terrenos, incentivando la práctica del monocultivo de la quinua, la disminución de los años de descanso y el mayor empleo de maquinaria. Siendo el Altiplano una región muy susceptible a la erosión y degradación de los suelos.